Medio ambiente, energía y naturaleza

Transiciones urbanas radicales necesarias, para evitar el peligroso calentamiento global

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Catlyne Haddaoui and Seth Schultz

El informe especial del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) advierte que la transformación social radical es esencial para evitar un aumento global de la temperatura más allá de 1.5⁰ C. Esta columna se enfoca en la necesidad de descarbonización de pueblos y ciudades, lo que requerirá mayores densidades de población y medidas en los sectores de vivienda, transporte y residuos, así como en los sectores energéticos e industrial. Las asociaciones urbanas de todo el mundo están tomando medidas audaces y agresivas para alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050, pero el liderazgo de los gobiernos nacionales es crucial para lograr la transición a ciudades sostenibles a la velocidad y escala adecuadas.

¿Recuerdas cuando pensábamos que comprar un auto que superará las 30 millas por galón y desconectar el televisor resolvería el cambio climático? Bueno, prepárese porque el informe especial del IPCC sobre el calentamiento global de 1.5⁰ C acaba de destruir esas esperanzas.

El informe publicado por los principales expertos mundiales en clima es alarmante: no podremos evitar un aumento global de la temperatura más allá de los 1.5⁰ C sin una transformación radical de nuestras sociedades.

¿Qué necesita cambiar?

El Panel Internacional sobre el Cambio Climático identifica cuatro sistemas que deben transformarse urgentemente para evitar niveles peligrosos de calentamiento global: energía, uso de la tierra, industria y ciudades.

En el sector energético, cambiar a las fuentes renovables y mejorar la eficiencia será una parte importante de la respuesta. La captura y el almacenamiento de carbono también se consideran cruciales en casi todos los escenarios, aunque nadie ha descubierto todavía cómo hacer que esos procesos funcionen de manera rentable a escala.

En el sector del uso de la tierra, se recomienda la intensificación sostenible de la agricultura, un mejor riego y la restauración del ecosistema para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La conservación de bosques y humedales es particularmente importante porque son ecosistemas ricos en carbono.

En el sector de la industria, la eficiencia energética, el reciclaje y las fuentes de combustible bajas en carbono son las opciones más importantes para la mitigación del cambio climático. Industrias tales como el cemento y el acero tienen huellas de carbono particularmente grandes, y por lo tanto necesitan descarbonizarse más rápido.

Todos estos tres sistemas se cruzan en pueblos y ciudades, donde vive una proporción creciente de la población mundial, con estimaciones que predicen 70 millones de nuevos residentes urbanos por año hasta mediados de siglo. De hecho, el sistema urbano debe transformarse, y transformarse rápidamente, si se quiere que el mundo alcance cero emisiones netas para mediados de siglo.

¿Cómo deberían cambiar los sistemas urbanos?

La investigación muestra que las ciudades densas tienden a emitir significativamente menos gases de efecto invernadero que sus contrapartes en expansión, entre otros beneficios. La búsqueda de formas urbanas más compactas es fundamental para reducir las emisiones.

Esto se debe principalmente a que la forma de las ciudades determina las opciones de transporte de los residentes urbanos. Una mayor densidad de población, el uso mixto de la tierra y una buena conectividad pueden reducir la necesidad de transporte individual y motorizado.  

El crecimiento urbano compacto también puede disminuir las necesidades de calefacción y refrigeración de los edificios, y reducir la presión sobre los ecosistemas circundantes, ya que es necesario convertir menos tierra en fines urbanos. Esto puede reducir las emisiones de la deforestación y otros cambios en el uso de la tierra.

Pero la descarbonización de pueblos y ciudades requerirá algo más que densidades más altas. Alcanzar cero emisiones netas urbanas requerirá acciones en todos los sectores de la vivienda, el transporte y los residuos, así como la energía y la industria.

¿Quién puede impulsar la transformación urbana?

Las ciudades de todo el mundo ya están tomando medidas audaces y agresivas sobre el cambio climático al desarrollar planes para alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050. Dicho esto, la descarbonización ambiciosa de los sistemas urbanos requerirá medidas de parte de una amplia gama de socios, además de los gobiernos locales, desde empresas privadas hasta organizaciones comunitarias. Muchos ya están haciendo grandes compromisos.

Pero el liderazgo de los gobiernos nacionales es crucial para lograr la transición a ciudades sostenibles a la velocidad y escala requeridas.

Primero, los gobiernos nacionales tienen un papel clave que desempeñar en el establecimiento de políticas propicias. Al implementar políticas e incentivos que afectan directa o indirectamente a las áreas urbanas, los gobiernos centrales pueden influir en su forma, su eficiencia energética o su calidad de aire. Los códigos de construcción, por ejemplo, son una herramienta importante para que los gobiernos nacionales lleven las ciudades hacia una mayor sostenibilidad al fomentar el uso mixto de la tierra, la compacidad y la eficiencia energética.  

Segundo, los gobiernos nacionales pueden desbloquear fondos masivos para infraestructura urbana sostenible. Todos los países necesitan inversiones a gran escala en sistemas urbanos, ya sea para renovar la infraestructura establecida para reducir sus emisiones integradas, o para construir una nueva infraestructura con menos emisiones de carbono donde actualmente existe un déficit. Solo los gobiernos nacionales tienen la capacidad fiscal necesaria para recaudar y dirigir las finanzas en escalas suficientes.

Finalmente, los gobiernos nacionales deben coordinar los esfuerzos y las acciones de los muchos actores que contribuyen a la transición baja en carbono. En particular, los gobiernos centrales pueden aclarar y mejorar los roles y responsabilidades de los gobiernos sub-nacionales, asegurando que tengan las habilidades y los recursos para cumplir con sus mandatos. Los gobiernos nacionales pueden estimular aún más la generación de conocimiento e innovación para impulsar esta transformación a través de programas de investigación estratégica.  

El informe del IPCC nos recuerda que, sin esta acción ambiciosa y transversal, veremos los efectos catastróficos del cambio climático en cada país y en cada ciudad. Cada 0.1⁰ C suplementario pone a nuestro planeta en mayor riesgo. Las ciudades se calientan de manera más peligrosa, las zonas costeras enfrentan un mayor riesgo de inundaciones y las tierras secas enfrentan una escasez de agua más grave.

Como ejemplo, a 1.5⁰ C, el doble de megaciudades (y 350 millones más de personas) se estresarán por el calor en el 2050. Hacer todo lo posible por mantener los 1.5⁰ C es nuestra única oportunidad de limitar el impacto de climas aún más extremos y más desastres.

 

Catlyne Haddaoui
Research Analyst for the Coalition of Urban Transitions
Seth Schultz
Special Advisor to the Global Covenant of Mayors on Research & Innovation